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Nos rodeamos de manos, mentes y corazones
16 julio 2021
3 min de lectura
Cuanto más grande es un vehículo, más potencia debe tener [...]
Cuanto más grande es un vehículo, más potencia debe tener el motor que lo impulsa.
En las empresas, son las personas las que constituyen este motor, quienes trabajan cada día para alcanzar sus objetivos, aquellas a las que comúnmente llamamos “equipo”.
Por supuesto, un motor debe cuidarse y engranarse para lograr su rendimiento óptimo y alcanzar la velocidad punta. El paralelismo dentro de una compañía no puede ser de manera diferente.
En Grupo Álava sacamos pecho cuando hablamos del equipo de personas que la componen, es uno de los grandes valores que perciben nuestros empleados. Personas muy diferentes y todas ellas perfectamente cohesionadas, cercanas e inclusivas, llegando a entender la empresa como una segunda familia.
Ante la pandemia del Covid19, nuestro equipo no permaneció impasible. Ya no había conversaciones interdepartamentales en los descansos del trabajo, muchos empleados no coincidían en videollamadas, nuevos empleados no descubrían el gran clima en la empresa, la distancia personal entre unos y otros aumentaba considerablemente. Las circunstancias eran complicadas, nos estábamos deshumanizando y debíamos encontrar una acción que cambiara el rumbo de las cosas. La época navideña trajo consigo una maravillosa idea y el pasado 1 de diciembre de 2020 dimos comienzo a la actividad “Calendario de Adviento”, que estaría hecho por y para personas.
Desde el día 1 al 23 de diciembre organizamos entrevistas de 20 minutos a nuestros propios compañeros, desde Miami hasta Barcelona, pasando por Zaragoza, Lisboa y aterrizando en Madrid. Los entrevistados nos contaron su día a día, los comienzos en su actividad profesional y en el Grupo, detalles más personales que nos permitieron conocerlos mejor, empatizar y entenderlos.
Las entrevistas estuvieron llenas de anécdotas, vivencias y algún que otro secreto. El entrevistador se sintió periodista por un día y el entrevistado fue protagonista. En definitiva, nos sentimos humanos y estuvimos cerca los unos de los otros, cosa que echábamos mucho en falta. Surgieron preguntas de todo tipo: fútbol, deporte, marca de cerveza favorita, secretos profesionales… Incluso podríamos titularlas como: «lo que le hubieras preguntado a tu compañero o a tu jefe tomando una cerveza en la cena de Navidad».
Sirvieron para aliviar la presión del cierre del pasado año tan complejo y el último día tuvimos una evaluación de los conocimientos adquiridos a lo largo de las sesiones. Se hicieron preguntas relacionadas con las entrevistas y se entregaron premios a los mejores.
Además de fomentar la motivación de la plantilla y el trabajo en equipo, esta actividad nos permitió conocer más en profundidad a nuestros compañeros, incluso a aquellos con los que no teníamos trato habitual. Agradecemos en especial al equipo organizador, referente a la hora de proponer ideas, implantarlas y seguirlas con gran ilusión.