Actualidad
¿Termómetros sin contacto o cámaras termográficas?
Con la actual crisis sanitaria debida al COVID19, muchas empresas se han lanzado a la compra de diferentes sistemas de medida de temperatura a distancia para tratar de asegurar el bienestar de sus trabajadores.
Cabe destacar como sistemas más utilizados los termómetros sin contacto y las cámaras termográficas. A pesar de que ambos sistemas utilicen la misma tecnología en sus detectores, las diferencias en cuanto a la precisión de la medida en términos generales y por supuesto, sus costes son muy dispares.
En ambos casos se utilizan detectores infrarrojos de onda larga que son capaces de medir a distancia la radiación emitida por un cuerpo, teniendo un “detector” de un solo pixel (un solo punto de medida) en los termómetros a distancia, y detectores de cientos de miles de píxeles (puntos de medida) en las cámaras termográficas, lo que nos asegurarnos que estamos midiendo en el punto correcto. Esto nos puede dar también en este momento, que el orden de magnitud de uno y otro equipo son también muy distintos.
Antes de ir directamente a las posibles diferencias, conviene comentar que la temperatura que todos tenemos en la cabeza como “fiebre” y que es a partir de 37°C, es una temperatura interna. La temperatura externa será siempre menor que la interna y además, está sujeta a variaciones que dependerán del propio individuo, su actividad y por supuesto, parámetros ambientales externos. Hay tres puntos externos en la cabeza de las personas que sí guardan una muy buena correlación con la temperatura interna y que son:
- El oído, parte interna del mismo y que se usa en los muy fiables termómetros de oído.
- En el interior de la boca bajo la lengua por ejemplo (donde se colocan muchas veces los termómetros de contacto).
- Por último, la zona del lagrimal del ojo.
Si tratamos de utilizar solo alguno de estos tres puntos, ya que son los únicos que nos darían una medida fiable, y nos ponemos en el caso que tratamos de medir la temperatura de un grupo de gente en condiciones normales de acceso a una planta industrial por ejemplo y en plena crisis sanitaria, no va a ser buena idea decirles que abran la boca (por posibles contagios) y la zona interna del oído, a pesar de considerarse externa al cuerpo no es accesible de forma sencilla por medio de estos termómetros o cámaras infrarrojas.
Por tanto, solo nos queda una zona fácilmente accesible y que proporcionará una estimación fiable de la temperatura interna y que es, el lagrimal.
El termómetro a distancia tiene ciertas ventajas como son su extrema simplicidad y sobre todo, su coste. Sin embargo, acarrea consigo unos claros inconvenientes a la hora de tratar de utilizarlos para la medición de fiebre de personas que, quizá puedan estar infectadas por un virus de alta propagación y contagio como es el COVID19, como por ejemplo:
- Su distancia de trabajo (distancia de medición a la persona) es demasiado corta, entre 10 y 30 centímetros. La OMS recomienda guardar distancias de seguridad de entre 1 y 1.5 metros entre individuos lo que choca de frente con la distancia de trabajo de los termómetros sin contacto.
- Su repetibilidad de medida es realmente baja ya que, entre otras, estamos midiendo tan sólo en un punto y no siempre mediremos en el mismo lugar, con lo que la temperatura medida por este equipo puede cambiar. Recordemos que en la cara tenemos muchas zonas con distinta temperatura, la nariz por lo general está más fría que el resto, lo mismo sucede con las orejas y nuestra frente, dependiendo de dónde midamos exactamente también puede tener unas décimas de grado de variación entre su propia superficie. Por lo que, si solo utilizamos un punto de medida, el resultado variará si nos movemos un par de centímetros a un lado u otro.
Por supuesto podríamos medir en el lagrimal con un termómetro a distancia, pero no es sencillo acertar justo en la zona del lagrimal y podemos por ejemplo desviarnos al epitelio del ojo, lo cual nos dará una temperatura menor. La única pista que ofrecen estos sistemas para saber que estamos midiendo en el punto correcto, es un puntero láser que nos sirve para “apuntar”. Sin ser un conocedor en profundidad de estos láseres… y de que por normativa la potencia irradiada del láser deba estar por debajo de los límites de exposición a radiofrecuencia de la FCC/IC. el haz de láser puede provocar irritación ocular, así que yo personalmente preferiría que no me apuntasen al ojo con uno de ellos. Además, guardan una cierta desviación porque el eje del píxel y del láser no están perfectamente alineados, por lo que tampoco es una referencia absolutamente clara.
En el otro extremo, la cámara termográfica:
- Si bien permite un mayor abanico de configuración, su utilización es realmente sencilla.
- Permite medir sin problema a 1 o 2 metros, cumpliendo con creces con las distancias de seguridad recomendadas.
- La repetibilidad es muy alta ya que al utilizar una matriz bidimensional de puntos de medida (píxeles), el resultado será una imagen con diferentes niveles de color asociados a distintos niveles de temperatura y la propia cámara nos dirá cual es el punto más caliente de la imagen, que por regla general y si seguimos las recomendaciones de medición estandarizadas para la medida de temperatura corporal con cámaras infrarrojas, siempre estará directamente en el lagrimal, asegurándonos así medir siempre la temperatura en el lugar apropiado para cada individuo.
Teniendo estos factores en cuenta, desde un punto de vista técnico la cámara termográfica ofrece claras ventajas sobre el termómetro sin contacto a la hora de medir la temperatura corporal.