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Fotografía Schlieren
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La técnica Schlieren fue desarrollada realmente como un sistema de imagen en el siglo XIX para detectar defectos en cristales, aunque ya Robert Hooke (1635-1703) comenzó a realizar ciertos experimentos en su afán de poder ver el flujo de aire caliente proveniente de una vela.
Hoy en día la técnica se utiliza con frecuencia como medio de visualización de ondas de choque en los túneles de viento y gradientes de temperatura alrededor de los objetos.
Las imágenes Schlieren se basan en la capacidad de 'doblar la luz’ en un medio transparente (normalmente aire), debido a que el índice de refracción de la misma cambia con la densidad de dicho medio.
Un cambio en la densidad en parte del espécimen, produce que parte del haz de luz se refracte y se sitúe arriba o debajo de las fronteras entre los medios (distintas densidades de aire por ejemplo), creando áreas más claras u oscuras en la imagen. En ocasiones se utilizan filtros de color para denotar diferentes áreas de densidad con distintos colores en la imagen.
Para la aplicación de esta técnica a los ensayos con cámaras de alta velocidad, la intensidad de la luz y la sensibilidad del detector utilizado son claves para conseguir la velocidad de grabación (fps) deseada.
En un sistema Schlieren sencillo, un haz paralelo de luz pasa a través de la materia utilizando lentes o espejos esféricos. El diámetro de estas lentes o espejos determina el tamaño del área de trabajo o el volumen en dónde la imagen se produce.