Actualidad

Actualmente existen un gran número de aplicaciones basadas en la utilización de fuentes láser, para las que existen modelos de características y naturaleza muy diferente.

La longitud de onda y la potencia son los dos primeros parámetros en los que nos fijamos a la hora de evaluar el potencial de una fuente láser, pero hay más.

De forma habitual, no se presta la atención necesaria a las características del haz de un láser, a pesar de que su medida y análisis es fundamental en muchas de las aplicaciones en las que se utilizan este tipo de equipos. Es tan importante, que la elección de un tipo concreto de haz nos va a marcar el tipo de proceso en el que se va a sacar más partido al láser, y que va a evitar que produzcamos efectos o daños no deseados en el material a tratar.
 
En general, el proceso de caracterización de un haz se basa en la medida de su perfil, esto es, la medida de la distribución espacial de la energía. Este análisis nos permite entender propiedades del haz como su tamaño, forma, distribución, posición, estructura de modos... La medida de este parámetro de forma habitual, nos permite comprobar que las condiciones de trabajo del láser deseadas (distancia de trabajo, tamaño del spot...) se mantienen sin necesidad de realizar ningún tipo de cambio u optimización del equipo.
 
Actualmente, los sistemas basados en detectores CMOS o CCD son muy populares, ya que la medida del haz se realiza de forma muy sencilla. Basta con atenuar el haz de entrada antes de que incida en el sensor. En este caso, los pixeles del detector recogen la energía correspondiente del haz, tenga la forma que tenga, mostrando cualquier forma o estructura presente en el mismo. Otra ventaja es que este tipo de medidores de perfil pueden ser utilizados tanto con haces continuos como pulsados.

Más información sobre medidores para láser haciendo click aquí.