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Pese a que desde hace décadas han sido objeto de interés en el ámbito militar, ha sido durante los últimos 5 años cuando los sistemas aéreos no tripulados (RPA, UAV, drones…) han dejado de tener una aplicación limitada exclusivamente a este ámbito para convertirse en una realidad en aplicaciones civiles.

En los últimos años estamos experimentado un “boom” en cuanto a las aeronaves no tripuladas. Se han incrementado las inversiones y los avances en en relación a esta tecnología y cada vez son más las personas que se plantean adquirir una aeronave no tripulada para dar servicios en alguna de las numerosas aplicaciones a las que se están ligando los sistemas no tripulados. Y parece ir a más.

Con las numerosas alternativas que ofrecen los diferentes fabricantes de los popularmente conocidos como “drones”, no es fácil decantarse por un modelo concreto. Esta variedad se debe a la gran diversidad de misiones que los sistemas aéreos no tripulados (UAS) pueden desempeñar, por lo que para tomar una decisión de compra inevitablemente se ha de conocer la aplicación que se le quiere dar al equipo. Los hay de ala fija para misiones que requieren una mayor autonomía de vuelo y altura como por ejemplo las tareas de vigilancia, y los hay de ala rotatoria en diferentes configuraciones (cuadracóptero, octocóptero…) que tienen la principal ventaja de aterrizar y despegar en vertical y se usan para aplicaciones que requieren maniobras de precisión y mantener un visual objetivo sin necesidad de una gran autonomía ni altura.

"La aplicación o misión que se le quiera dar a cada UAS también determinará el conjunto de sensores (cargas de pago o payload) que debe integrar la plataforma aérea y no todos los sensores del mercado son compatibles con cualquier aeronave no tripulada, al igual que no todos los UAS son indicados para cualquier misión"

Existen sensores de imagen tales como cámaras térmicas refrigeradas con potentes zooms ópticos (por ejemplo para salvamento o control de fronteras), cámaras multiespectrales con capacidad para dividir el espectro visible e infrarrojo cercano en diferentes canales y cámaras hiperespectrales tipo pushbroom con hasta 800 bandas espectrales (para aplicaciones como agricultura de precisión), sensores LiDAR para caracterización de masa forestal, levantamientos digitales del terreno, reconstrucción 3D de edificios, etc.
De lo anterior deducimos que es muy importante que exista compatibilidad entre los sensores necesarios para desempeñar la misión y la plataforma aérea escogida: peso, tamaño, geometría, consumo, compatibilidad electromagnética, etc.

Pero surge entonces un conflicto de prioridades:

¿Qué es más importante, la carga de pago o el UAV? Yo respondería: La aplicación, pues sin duda tiene que haber un compromiso dron-carga de pago que vendrá determinado por la misión a llevar a cabo.

Veamos algunos ejemplos en los que la selección tanto del UAV como de la carga de pago operativa es de vital importancia. Me centraré en dos aplicaciones del sector defensa en las que el uso de UAV hubiera facilitado o podría facilitar las labores:

• Catástrofe Natural (por ejemplo el Terremoto de Lorca de 2011): Si queremos un RPAS capaz de actuar cerca de los focos y mantenerse en un punto en el aire para alguna inspección detallada, necesitaríamos un RPAS de ala rotatoria que sea capaz de recorrer una ruta preprogramada de forma automática, pero que también permita mantenerse en un estado “estático”. En cuanto a la carga de pago, este RPAS se podría equipar con cámaras infrarrojos para recoger huellas de calor de los cuerpos y localizar a los supervivientes para que los socorristas sepan dónde dirigirse, sea de día o de noche. También podría interesar un sensor LiDAR de cara a la reconstrucción digital 3D y así obtener un modelo digital de elevación para evaluar los daños producidos en edificios, infraestructuras críticas, etc.

• Control fronterizo (por ejemplo en el estrecho de Gibraltar): Al igual que ya hacen en los Estados Unidos y Méjico con aeronaves del tipo Predator, en España se podrían usar los UAS para patrullar las fronteras y controlar la entrada de inmigrantes. Para esta aplicación lo ideal es usar RPAS de Ala Fija, pues la misión exige gran autonomía y gran altura de vuelo, para que permanezcan patrullando una importante área durante mucho tiempo. Además, los RPAS de Ala Fija suelen ser capaces de soportar grandes cargas útiles y se podrían equipar con potentes gimbals. En este caso sería necesaria la comunicación con tierra de los diferentes sensores, de forma que en caso de detectar una actividad ilegal (tráfico de personas, estupefacientes, armas, etc.) se actúe de forma inmediata.

Aunque a día de hoy ya leemos en los medios las numerosas aplicaciones en las que se pueden usar UAVs con diferentes sensores, para el equipo del Grupo Álava Ingenieros siempre es una oportunidad de aprendizaje el escuchar y conocer las necesidades de cada cliente para así dar una solución lo más adaptada posible a las particularidades de cada usuario.

Autor:

José Carlos Cremades
Jefe de Producto del Área de Tecnologías

Grupo Álava